Desde la frontera Rivera Livramento/Roberto “Beto Araújo para DIARIO URUGUAY.
El Preto no tenía nombre ni apellido, ni partida de nacimiento, ni obvio como es de suponer, tampoco tuvo partida de defunción cuando expiró su último suspiro en la Santa Casa de Misericordia víctima de Covid 19.
Me contó Marcio, que estaba el día en que se murió el Preto, que reverendo lío se armó aquella madrugada, pues en verdad nadie sabía cómo operar para darle cierre a una historia que formalmente nunca había comenzado, lo cierto es que cayó al hospital como indocumentado, y murió como tal.
Yo conocía la historia del Preto, pues cierta vez había ido al escritorio para hablar con Fernando a ver como podía arreglar su situación, pues había nacido en un ranchito de la Cuaró sobre la línea, cuando el siglo tomaba embalaje, pero siendo hijo de una mulata hija de esclavos fugadas, y de un contrabandista que estaba preso, nunca se lo registró; siquiera se lo bautizó, bueno en verdad sí se bautizó, pero cuando ya tenía treinta y pico y se lo bautizó así de orejano nomás cuando el Cura Silva alla por el ´53 después del viaje frustrado de Frontera a Europa, se le dio por cristianar al barrer a cuanto infiel andaba por la Cuaró, pues no hubo aquel que le atribuyera el fiasco del frustrado viaje a la cantidad de infieles que pululaban la Cuaró, y fue entonces cuando el Cura por cábala nomás se le ocurrió hacer un bautizo colectivo, y en ese lote enganchó el Preto, pero se lo bautizó así nomás como Preto y sanseacabó.
Recuerdo que cuando el Preto fue al escritorio a plantear su problema, Fernando le pidió algún documento y en verdad el Preto no tenía nada, ni credencial, ni partida, ni cédula ni nada, pese a que era casado y tenía seis hijos y ya para ese entonces tres nietos, o sea en verdad, no era casado era juntado, pues como no tenía documentos no podía casarse.
A los hijos los inscribieron con el apellido de la madre y otro que agenciaban al azar, en tiempos en que no se preguntaba mucho por cierto.
Lo cierto es que el Preto pese a no existir formalmente, existía y tenía su historia y por cierto una historia por demás interesante, pues no solo había criado su familia, sus hijos, y hasta había jugado en Frontera como lateral (y de los buenos, según dice el Mono), con nombre falso por supuesto, incluso estaba en la lista de los citados por el viejo Sapo para integrar la delegación que habría de viajar a Europa, y hasta quizás pudiese haber viajado de no haber mediado el fiasco consabido, que ya llegará la hora de contarlo.
El Preto aun sin documentos trabajó toda la vida, o sea se rebuscó toda la vida fundamentalmente como contrabandista, pero también fue portero de Quilombo, administrador de una cancha de taba, y hasta llegó a tener un próspero riñadero de gallos en Quintas al Norte que supo escribir su propia historia.
Fue camionero, fue albañil y hasta aunque sea de no creerlo fue milico en Santana, ahora no me pregunten cómo porque no lo sé y ya para finales de su vida vivía de un bolichito sobre la línea.
El Preto murió víctima de la pandemia, ya cuando la pandemia boqueaba, siendo quizás uno de los últimos en sucumbir al mal que puso en vilo a la humanidad en su conjunto, y cuando murió fue enterrado como indocumentado; como más podría haber sido enterrado si en verdad no tenía documentos.
Lo cierto es que en momentos en que me siento frente al teclado para novelar la historia de Frontera, necesariamente me viene a la memoria el Preto, que fue fundador de Frontera, jugador de Frontera, e hincha incorregible, siendo el propio que soportó el arrebato de la hinchada del topetudo Cerro montevideano, cuando quisieron arrebatarnos la bandera en aquel recordado cuatro a uno que nos puso a la cabeza de la tabla de posiciones allá por 1999.
Porque al intentar novelar la historia de Frontera, y buscar un personaje central para darle línea silogística a mi historia quién mejor que el Preto, ese que nacido en la Cuaró tenía un parecido idéntico a la misma Cuaró, pues la Cuaró también no tiene partida de nacimiento, pues nació como el Preto hija de esclavos libertos y contrabandistas, y sin tener documentación que les dé formalidad, así como el Preto igual tienen su historia una historia que por cierto por demás interesante, si señó… no va tener!!!.
Así arranco a contar la historia de Frontera, que es la misma de la Cuaró y que bien se puede personalizar en la historia del Preto, que no teniendo documentos igual escribió su propia historia.
Si seño..!
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