Fue fundado el 12 de diciembre de 1895, en la pieza Nº 133 del Mercado Central. Allí el gallego Augusto López fabricaba y servía sus bebidas emblemáticas: Uvita, Pegulo y Miguelito. Los parroquianos se sentaban en cajones, para compartir un espacio de encuentro que convocaba por igual a todas las clases sociales, de todos los barrios, de todo el país, de todo el mundo. A fines de 2014 se mudó a su nueva dirección, Soriano y Convención, en el céntrico Barrio de las Artes.
Muy poco queda de la Ciudad Vieja de fines del siglo XIX, aquel barrio finisecular, de vías empedradas que bajaban hasta el Río de la Plata. A pocas cuadras del mar, detrás del Teatro Solís, estaba el antiguo Mercado Central, donde se comerciaban frutas, verduras, carnes, embutidos y pescados. Una zona que el gallego Augusto López conocía de palmo a palmo, porque allí había construido su hogar. Aunque su trabajo oficial era el de marino, a diario recorría las calles de la Aduana con su carrito ambulante, ofreciendo bebidas espirituosas: caña, grappa, espinillar, anís y sus dos invenciones, la Uvita y el Pegulo.
Augusto era querido y respetado por todos sus clientes: los del “Bajo” y los “vecinos respetables” más cercanos al Centro. Fueron ellos, y también sus compañeros portuarios, quienes lo convencieron de que abriera un boliche donde disfrutar los dos brebajes realizados con fórmulas que aún permanecen protegidas por un misterio cautivante.
Por el Baar Fun Fun del gallego López pasaron, en distintas épocas: Carlos Gardel, José Batlle y Ordoñez, Pedro Figari, Julio Herrera y Reissig, Eduardo Acevedo Díaz, Javier de Viana, Carlos Reyles, Atilio García, Isabelino Gradín, Julio E. Suárez Peloduro, Carlos Solé, Paco Espinola, Serafín J. García y su amigo Jorge Amado, Julio Sosa, Aníbal Troilo, Astor Piazzola, Osvaldo Pugliese, Juan D´Arienzo, Evaristo Carriego, Horacio Guaraní, entre tantos. Entre las visitas más recientes se pudo ver a Danny Glover, Michelle Bachelette, Fito Paez, Dyango, Bryan Adams, Julio Bocca, y a todos los artistas uruguayos que como homenaje a la cultura y a la historia del país suelen pedir permiso para interpretar un tema acompañados por los músicos del boliche.
Uvita, Pegulo, Miguelito. Son los tres tragos más célebres de Augusto López. La Uvita mantiene toda su vigencia como mezcla de vinos añejados, oporto, garnacha, más azúcar y el secreto de la casa que lo lleva a 22 de graduación alcohólica. El Pegulo no perduró, porque se preparaba con grafión una fruta similar a la cereza que dejó de conseguirse en el país e importarla era demasiado costoso. El Miguelito, también desaparecido, era una bebida corta y suave para el consumo de los niños que acompañaban a sus padres.
La bebida de Gardel. Así le llaman muchos clientes a la Uvita, en honor a un momento sublime del Fun Fun y su sabor emblemático. Cuentan que El Mago fue admirador incondicional de Augusto López, desde la primera vez que probó su creación. Hasta le dedicó un tango cantado a cappella, acodado en el mostrador. Una fotografía que se exhibe en el Baar dice: “Al campeón del Pegulo y de la Uvita, sinceramente, Carlos Gardel 1933.”
¿Fun… fun…cionará?. “Mi bisabuelo abrió el boliche por la insistencia de clientes y amigos que deseaban tomar copas a toda hora. Pero al principio sintió temor por el riesgo de tamaño emprendimiento. Era tartamudo, y cuando se ponía nervioso peor todavía. Cada vez que alguien se lo reclamaba, respondía lo mismo ¿Fun… fun…cionará? De tanto repetirlo, quedó el nombre Fun Fun.”
Gonzalo Acosta López, propietario del Baar Fun Fun (Boliches, El Corazón del barrio, Canal 10).
En el Barrio de las Artes. En 2014 el Fun Fun se mudó a otro edificio histórico de la ciudad, la antiga casa de la familia Caprario, Soriano 922, a metros de la calle Convención, en el céntrico Barrio de las Artes. Por un acuerdo con el Club Nacional de Football, el bar que evoca al gallego Augusto López permanecerá tres años en la planta baja del edificio donde fue fundado el decano del fútbol uruguayo y primer club criollo de América, el 14 de mayo de 1899. Allí funcionará mientras duren las obras de remodelación del Mercado Central, a donde regresará en 2017.
Fuente: Crónicas Migrantes de Armando Olveira.
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