Nuevas Revelaciones sobre el Contenido de las Vacunas COVID-19 y Deficiencias en el Control de Calidad

Argentina, 2024 – En un análisis sin precedentes, un equipo internacional de científicos ha revelado la presencia de 55 elementos químicos no declarados en las vacunas contra COVID-19 producidas por las principales farmacéuticas. Este descubrimiento, realizado mediante la técnica de Espectrometría de Masas con Plasma Acoplado Inductivamente (ICP-MS), marca un hito en la investigación de los componentes de los inyectables utilizados durante la pandemia global.

El estudio, llevado a cabo por Lorena Diblasi, Martín MonteverdeDavid Nonis y Marcela Sangorrín, ha puesto en evidencia una lista extensa de elementos químicos en las vacunas de AstraZeneca, CanSino, Moderna, Pfizer, Sinopharm y Sputnik V. Estos hallazgos se presentan como una confirmación crucial de investigaciones previas que ya habían detectado elementos no declarados mediante otras metodologías.

Desde el inicio de la pandemia, la rapidez con la que se desarrollaron y distribuyeron las vacunas contra COVID-19 suscitó preocupaciones sobre la seguridad y la transparencia. El aumento de efectos adversos y la tasa de mortalidad inesperadamente alta, en relación con las dosis administradas, han llevado a un creciente clamor por una revisión exhaustiva de estos productos. Este estudio responde a ese clamor, proporcionando datos precisos sobre la composición química de las vacunas.

La investigación detectó una variedad de elementos, desde metales pesados hasta sustancias menos comunes, que no habían sido previamente informados por las farmacéuticas. Este hallazgo es especialmente relevante dado el contexto de alta presión y urgencia que caracterizó el desarrollo y la aprobación de las vacunas. Los científicos involucrados advierten sobre la falta de estudios preexistentes adecuados y controles de calidad rigurosos, lo que plantea serias preguntas sobre la seguridad de estos productos experimentales.

La Dra. Marcela Sangorrín, una de las investigadoras principales, ha enfatizado la importancia de esta investigación no solo para la seguridad de los individuos vacunados, sino también para la confianza pública en la ciencia y la industria farmacéutica. “Nuestro objetivo ha sido siempre el de proteger la salud pública y asegurar que las vacunas sean seguras y efectivas. Estos resultados subrayan la necesidad urgente de mayor transparencia y rigor en la regulación de productos farmacéuticos”, afirmó.

Este estudio se suma a una creciente cantidad de evidencia que cuestiona la seguridad de las vacunas contra COVID-19 y refleja la valentía de los investigadores que, desafiando la presión y la controversia, han decidido hacer públicos estos hallazgos. La comunidad científica y el público en general ahora enfrentan el desafío de considerar estas nuevas pruebas y demandar respuestas claras y transparentes de las autoridades reguladoras y los fabricantes de vacunas.

El trabajo de estos valientes científicos resalta un principio fundamental en la investigación médica: la necesidad de un escrutinio riguroso y una vigilancia continua para asegurar la salud y la seguridad de las personas. En un momento en que el mundo enfrenta desafíos sin precedentes, el compromiso con la verdad y la integridad científica nunca ha sido tan crucial.

  1. Elementos No Declarados: El análisis realizado con técnicas de ICP-MS y SEM-EDX detectó elementos químicos en las vacunas que no están listados en las fórmulas proporcionadas por los fabricantes. Entre los elementos encontrados se incluyen Boro, Titanio, Aluminio, y otros metales pesados. La presencia de estos elementos plantea dudas sobre la seguridad y biocompatibilidad de las vacunas.
  2. Discrepancias en la Regulación: El estudio critica la falta de un control de calidad riguroso y la insuficiencia de las normativas actuales, destacando que muchas pruebas recomendadas por farmacopeas internacionales, como las basadas en ácidos nucleicos, no se han llevado a cabo.
  3. Impacto en la Salud: Se reporta un aumento en la tasa de mortalidad y efectos adversos asociados con las vacunas, que incluyen fenómenos como la magnetización del cuerpo post-inoculación. La falta de estudios exhaustivos y seguimiento a largo plazo es señalada como una preocupación significativa.
  4. Tecnología y Composición: Se han observado partículas con morfologías inusuales y fenómenos de autoensamblaje, lo que sugiere la utilización de nanotecnología en las vacunas. La presencia de lantánidos y otros materiales en las muestras es alarmante y podría implicar efectos no anticipados sobre la salud humana.

Conclusiones: El estudio concluye que las vacunas contra el COVID-19 podrían no estar cumpliendo con los estándares de calidad y seguridad esperados. Se hace un llamado a una investigación más profunda y a la suspensión inmediata de estos inyectables hasta esclarecer los problemas detectados. Los autores piden a los gobiernos y organismos reguladores que actúen con urgencia para proteger la salud pública y garantizar la transparencia en la composición de los productos farmacéuticos.

Nota: Para detalles completos sobre el estudio y los análisis realizados, consulte el documento adjunto.

Fuente https://fmdelestechajari.com.ar/