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¡No está escrito!

Agonistas y Protagonistas: En buenas manos. La hora de Scasso

MONTEVIDEO ARTE Y PAISAJE. Por Ramón Mérica para Diario Uruguay.

Con el enorme pasado a cuestas del paseo, un gran técnico uruguayo levanta un edificio en el Parque Rodó, un punto de congregación social que marcó toda una época. Eso ocurrió en 1935, cuando el arquitecto Juan A. Scasso dio por terminado el complejo municipal de El Retiro, allí a las puertas del precioso legado de Thays.

Cinco años antes, el mismo Scasso había consumado una doble proeza: levantar el Estadio Centenario sobre terrenos intratables, verdaderos pantanales. y esa gigantesca empresa estuvo pronta en escasos seis meses, sí señor. A pesar de sus ancestros italianos, Scasso se cobijó en acentos netamente hispanos cuando concibió El Retiro, de allí la proliferación de las aberturas en medio punto, los muros encalados, las rejas, pero se nota que lo desveló, sobre todo, el diálogo entre esos muros y el restallante entorno de verdes que los envuelve. Como lo practicó en el diseño de la rambla Naciones Unidas tan cercana, echó mano a la sinceridad del ladrillo a la vista, a la tranquilizadora dosificación de las curvas y las rectas, pero sobre todo se atuvo a la creación de una atmósfera acogedora y apacible, digna de ser instalada en un parque.

LA HORA ANDALUZA

Esa atmósfera se mantuvo hasta los años Cincuenta, cuando el edificio cayó en un pozo de olvido y abandono, no se sabe por qué. Deberían pasar casi cuarenta años para que esos ladrillos ilustres volvieran a vivir luego de haber sido utilizados como garage de vehículos municipales y taller de pintura y tapizado.

Un hecho fortuito provocó el primer renacimiento: en 1986, la Intendencia de Jorge Luis Elizalde consideró que era de rigor la restauración de la Fuente de los Andaluces, ubicada en el corazón del Parque Rodó, donada por los emigrantes de esa región.

Al mismo tiempo, los directivos de la Casa de Andalucía andaban en búsqueda de una sede definitiva para su funcionamiento, y fue durante una inspección a la fuente que se fijaron en el viejo edificio abandonado. ¿Por qué no solicitarlo en usufructuo?

Lo consiguieron en octubre de 1986 y de inmediato comenzaron las tareas de restauración con aportes de la diputación de Granada y una fuerte suma de la Junta de Andalucía.

Se reforzaron las estructuras, especialmente las del techo, se rehizo a nuevo todo el sistema sanitario, al tiempo que los interiores recibían arañas, apliques, cortinados y maderas de manufactura granadina que totalizaron la inversión de un millón de dólares.

En agosto de 1989, el viejo y entrañable Retiro celebró su primer renacimiento.